28 de abril de 2013

Placer, dulce placer.

Los que me conocen de toda la vida lo saben. Y los que no, también. Se me nota en la cara y no puedo evitar proclamarlo a los cuatro vientos constantemente:

¡Me encaaaaaaaanta el chocolate! 

Es mi gran placer. La más pura obsesión. Mi droga preferida. La tentación irresistible.

Chocolate con churros: el mejor invento de todos los tiempos.

 La verdad es  me gusta de todas las maneras posibles:  caliente, helado, en tableta, con frutas, en buena compañía, sola en casa...

El requisito que tiene que cumplir, básicamente, es que tiene que ser  del bueno. Que sepa a chocolate, no a algo que tiene su color y su forma pero que pretende engañarnos.  Y si tiene entre 70 - 85 % de cacao,  ¡Mucho mejor! 

A continuación os muestro unas cuantas fotografías muuuy apetecibles para aquellas que compartáis la misma pasión que yo.... ¡No os podréis resistir! 

Bombones de los que se derriten en la boca, nada mal...
Fresas con chocolate,  ¡de lo mejorcito!
( A demás, no te sientes tan culpable al añadirle fruta! )

Yo creía que el chocolate le gustaba a todo el mundo. ¡Pues no! He conocido a gente ( y a niños, NIÑOS!) que lo detestaban. Me costó asimilar la idea de que algo tan objetivamente sabroso les supiera mal. Pero en fin... Si me ofrecen el trozo que no quieren, no voy a quejarme! ;)


Brownies. En mi casa hacemos y se terminan en un plis-plas! 

Espera, que me derrito yo también. ¡Qué haambre tengo!

Des de pequeña que ya tenía una fijación importante. Recuerdo con cariño los días en que mi abuela hacía chocolate a la taza y yo repetía hasta terminarlo. De eso hace muchos años. ¡Qué tiempos! Aunque la verdad, no los hecho de menos: ¡Ella todavía me hace chocolate del bueno y yo repito hasta cansarme!


Fondue de chocolate con los amigos...  ¡Risas aseguradas! Por no decir lo GENIALES que son las fuentes de chocolate. ¿Quién no se ha embobado alguna vez mirando cómo cae el chocolate? 

El coulant de chocolate, la bomba calórica por excelencia. Y el mejor postre!
 Pero... ¡para qué engañarnos! El chocolate como medio de refugio para la infelicidad tampoco nos llevará a ninguna parte. Es más, si no vigilamos y nos pasamos de la raya nos puede perjudicar mucho a nivel de salud. Qué os voy a contar que no sepáis sobre sus malditas desventajas... 


Trufas. ¡Cuántas discusiones con mi hermano para ver quién se comía una más que el otro!
... Así que mejor nos quedamos con sus ventajas, ¿No creéis? Dicen que el chocolate es el sustituto del sexo por excelencia. No sé si el sexo es tan tremendamente bueno, pero en fin, me lo creo ;)!

A mí me da un gustito que pocas cosas son capaces, ¡Ahí lo dejo! 

El must del verano: helado de chocolate. A cucharadas. Tanto si estoy triste para alegrarme como si estoy feliz.
¡Imprescindible!
Te guste tanto como a mí o no, lo importante es  saber disfrutar como críos de aquellas cosas que nos hacen vibrar: Ya sea con este manjar, con una música, o con una tarde en el parque o lo que sea! 


¡Nos han pillado! :)
Y a ti,  ¿Te gusta el chocolate? ¿Te abrieron el apetito estas imágenes? ¿Cuál es tu comida o sabor favorito? 
¡Quiero saberlo!



PD1: No sabéis lo mal que me parece no haber escrito en estos días en el blog.
Intentaré estar más presente, ¡palabra! 

PD2:  Dado que Google Friend Connect cerrará las puertas pronto, (¿correcto?)  Si no queréis perderos nada de este blog podéis seguirme en: 
Idoia:)  

13 de abril de 2013

Descubrirse a uno mismo: Alberto García-Alix.


Mirarse al espejo nunca fue tarea fácil. A pesar de enfrentarnos a nuestro reflejo día tras día, parece que jamás nos acabemos de descubrir del todo. Tú te miras una y otra vez, y sientes que siempre hay algo en ti, en tu cara o en tu expresión que te sorprende. Ves algo nuevo de forma inesperada. ¿No te ocurre? Redescubrirte constantemente. A veces para bien y otras para mal. Para encontrarte o  para perderte.

Pues si esto ya es complejo, imaginaros cómo de difícil debe ser enfrontarse delante de una cámara y disparar a la vez.  Disparar y capturar un instante de tu vida, de tu esencia, tus miedos y tus debilidades. Imaginaros qué difícil es hacer un autorretrato de ti mismo, donde todo quede al descubierto. Y luego hacer una exposición para que todo el mundo te vea en tus perfiles más íntimos.

Y eso es precisamente lo que ha hecho Alberto García Álix.

Autorretrato. Mi lado femenino, 2002

Fui a su la exposición en Barcelona hace ya dos meses y hoy me ha vuelto a la memoria. Quedé verdaderamente impresionada. Impresionada y confusa, cómo si me faltaran palabras para expresar el conjunto de su obra. Unas fotografías autoreferenciales e introspectivas. Pero no siempre de su rostro ni su cuerpo, también de objetos con los que se siente identificado, o lugares importantes de su vida que se llevaron un trozo de él. 

Dormí con una virgen.

Sin duda, un tipo curioso con una vida peculiar para fotografiar. Ganador del Premio Nacional de Fotografía en 1999 estuvo enganchado a las drogas durante años junto con personas muy cercanas a él ( hermano, pareja, amigos) y vió morir a muchos de ellos debido al sida. Un apasionado de las motos y hedonista incansable que va retratando su vida tal y como es. En sus mejores y peores momentos.  
Autorretrato con chaleco, 1989.

"Retraté mis posesiones, mis vicios y las esquinas de calles por las que me moví porque quería elevarlas a la altura de una épica. La vanidad del exceso, su gloria y sus heridas, condujeron mi mirada"


Autorretrato en Budapest, 2000
"Me da un poco de vergüenza esta exposición de autorretratos. Me da mucho pudor", confesa Alix. "Hay veces que me miro y no me reconozco. Me pregunto: ¿este soy yo?", añade.
Los malheridos, 1988
Todos tenemos días negros. Uno de esos días estás en tu habitación mirando el techo. La mente no calla, y de repente dice: "Esa esquina es el decorado de mi fracaso". Si te levantas y coges la cámara y lo fotografías, eso es resonancia.

Autorretrato, 2006
“Cuando empecé a hacer fotos yo sabía que mi vida era diferente porque era adicto y todo mi círculo era adicto [a la heroína], pero no era consciente de que aquello tuviera un interés fotográfico. 

Una pequeña historia de amor, 1995
"El miedo es algo íntimo y humano, todos tenemos miedo desde que nacemos. Yo tengo miedo del exterior, pero también me tengo miedo a mí mismo".


“La fotografía es una forma de evidenciar las heridas, todos tenemos heridas, cerrarlas es cosa nuestra. Lo que sí creo es que gracias a mis fotos, me he librado de ir al psiquiatra.”

Autorretrato con mocasines 1988

         "Lo que busco en un retrato es verme para poderme comprender"
Un instante de silencio eterno, 2010

Y tú, ¿Conocías a este fotógrafo? ¿Qué te transmitieron sus fotografías? ¿Cuál te gustó más? ¿Crees que es  importante descubrirte a ti mismo?

6 de abril de 2013

Sobre la buena falsedad y la mala sinceridad.

Una característica que detestamos encontrar en una persona es la falsedad. No soportamos que nos sonrían a la cara pero que luego nos enteremos de lo que dicen a las espaldas. Sin duda, es mejor alguien sincero,  que nos diga las cosas como son mirándonos a los ojos.  Es una de las cualidades que más buscamos en un amigo, ¿No creéis?


 

Pero hoy me pregunto, ¿Qué es ser sincero?  ¿Qué tipo de cosas son necesarias que nos digan y cuáles no? ¿ Es necesario decir SIEMPRE lo que pensamos?. 

Os contaré lo que me hizo reflexionar sobre todo esto:

Caminaba un día con una amiga que se había comprado un vestido nuevo y lo estrenaba orgullosa. No lo negaré, era diferente a lo que llevaba habitualmente: más atrevido y provocativo, pero nada fuera de lo normal. Y le quedaba bien.  Al cabo de un rato nos encontramos a su pareja y nada más verla exclamó: “¿Qué haces así vestida? ¿No ves lo mal que te queda?"

Nos quedamos de piedra las dos. Mi amiga se enfadó con él – claro está – mientras que su chico no entendía su mala reacción: había dicho lo que pensaba. Se defensaba defendía diciendo que había sido sincero y eso no era malo, siempre le habían dicho que era lo correcto.

 ¿Qué extraemos de esta situación? 

Que él fue sincero, sí. Efectivamente dijo lo que pensaba.  Pero, ¿Era realmente necesario? ¿ Y más de esta forma? Definitivamente NO.

Cuando somos sinceros tenemos que saber CÓMO serlo, sobretodo con las personas que queremos. Sino seremos es unos bordes groseros. Escoger las palabras adecuadas, el tono y no ser tan directos es esencial.  Pero sobretodo debemos tener presente qué OBJETIVO perseguimos con nuestras comprometidas palabras. 

En este caso creo que no era necesario porque no había ningún tipo de intención positiva en sus palabras , ninguna intención de mejorar nada o de cambiar el rumbo de las cosas. Lo único que consiguió fue que se sintiera fatal.

Entonces me pregunto, ¿Es mejor callarse y no decir nada? ¿Es conveniente mentir a veces?  Pues quizás en ciertas situaciones sí. Cuando nuestras palabras no vayan a aportar nada, o el tema al que nos referimos no nos incumbe ni tenemos control sobre ello.

¿Y si nos preguntan al respeto? Imaginaros que ella le hubiera preguntado que le parecía su vestido. Sigo pensando que las palabras no fueron las correctas, y menos viniendo de su novio.  Algo más apropiado quizás habría sido decir: “Oh! ¿Es nuevo el vestido? Es algo diferente a tu estilo, pero si a ti te gusta a mí también" O algo parecido. (Y si terminara la frase con un " Para mí siempre eres bonita" ya sería para aplaudirle).


Para mí esto es ser respetuoso con la otra persona.  Si bien es cierto que no estamos siendo sinceros del todo, pero es que insisto, no siempre es necesario.

Os pongo otro caso en que pongo en duda que exista falsedad:  Imagínate que te cae mal una persona, no es tu estilo para nada. Ella te ha hecho nada directamente y tú pues la acostumbras a saludar cordialmente y a hablarle si se da la situación. Luego esta persona se entera de que no te cae demasiado bien. ¿Has sido falso o respetuoso? ¿Habría sido mejor ponerle cara amargado de primeras?

Voy a ir meditando todas estas preguntas porqué no lo veo nada claro, la verdad. Demasiadas veces decimos que alguien es falso y quizás no estamos entendiendo sus motivos. A demás, creo que uno mismo NO es consciente de que está siendo falso. Yo al menos no he conocido a nadie que considere falso y que lo haga a propósito, pero es cierto que atorgamos esta cualidad  a mucha gente de nuestro alrededor. Y no me cuadra.



Y tú, ¿Qué opinas? ¿Te consideras sincero?  ¿Os trae problemas? ¿Qué tienes que decir sobre la falsedad?  

Besos a todos :)