Mostrando entradas con la etiqueta miedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta miedo. Mostrar todas las entradas

30 de julio de 2013

Hablar con desconocidos: ¿Y si rompemos el miedo?


Me fascina el miedo, es tan asquerosamente emocionante. Aseguraría con toda firmeza que nos mueve mucho más que el amor. Que tiene una fuerza paralizante infinitamente más difícil de romper. El miedo; a vivir, a querer, a olvidar, a mostrarnos, a ser.

Fotografía de Cristina Otero.
Todos tenemos miedos, ya  se sabe.  Sin embargo, durante los últimos meses me he dado cuenta de lo muchísimo que llegan a influenciarnos en todos los aspectos de nuestra vida. En serio, es alucinante la presencia que tienen. Si empezáramos a contar aquí las veces que dejamos de hacer algo por miedo, no acabaríamos.

Lo peor es que la mayoría de miedos son muy irracionales. Mi madre, por ejemplo, tiene un miedo irracional a los perros grandes, a los deportes de aventura y a que nos secuestren a mi y a mi hermano. – lo típico, vaya.   Es divertido. Cuando nos cuenta las teorías macabras que se le han pasado por la cabeza mientras no le cogíamos el teléfono,  él y yo no reímos a carcajadas por originales y paranoicas. Pero la verdad es que es muy xungo para ella –o para quién sea - sentir este miedo constante a que ocurra lo peor.

Y no puedo juzgarla. Yo también tengo miedos que se me van de las manos. 
Y uno de ellos es el de hablar con desconocidos. 

El miedo a caer, a perder el control, a hacerse daño....
La cuestión es que me gusta la gente. A mí y a casi todos, ¿verdad? Descubrir nuevas formas de pensar, de vida, de razonar, de expresarse... me flipa. Pero para eso debemos conocer a gente nueva, distinta de la que estamos acostumbrados. Y la única manera de hacerlo es atreviéndose a dar el primer paso. 

¡Jo, pero que difícil resulta a veces! En el tren, en bar de la universidad o de fiesta me encuentro con personas que me llaman la atención pero.. ¿Qué les digo? ¿Y si no quieren hablar conmigo? ¿Y si les molesto?  Porqué claro,  es evidente que ellos son superguais, mientras que yo... ¿Qué les voy a aportar yo? 

Miedo, Miedo, Miedo

Hay gente que vive con ello. Pero a mi me frustra no ser tan capaz como querría. Admito que las pelis en las que una pareja perfecta se conoce en el tren me han comido un poco la cabeza (véase Antes del Amanecer) y hacen que tenga ganas de charlar con gente en el tren -o donde sea-. El objetivo no es encontrar a mi pareja ideal, pero una charla entretenida durante un trayecto se agradece. ¿O no?

Y vaaale.... Os confieso que sí, que tengo una tendencia innata a enamorarme en el tren. No del primero que pase pero sí del segundo. Con la pega que no me atrevo a iniciar una conversación ni para preguntarles la hora. 

Este año, por ejemplo, he coincidido mil y una veces con un chico de camino a la universidad. En realidad, no creo ser su estilo ni él es el mío. Pero me despierta bastaaante curiosidad y ya estoy un poco harta del juego de miraditas... ¡Que yo quiero hablarle! Peroo...

Tengo MIEDO.


Entiendo que no es fácil empezar a hablar con alguien en el tren y que NO todo el mundo es capaz, ni tiene la gracia que se necesita. Aunque... ¿De fiesta? ¿Qué me deciis?  A mí me pasa lo mismo. Me paralizo. Bloqueo. Y entonces es fatal. 

Y este miedo... Lo siento, no es para mí. Así que voy a empezar a ponerme las pilas pero no sé por donde empezar. ¡Necesito vuestros consejos!

Sé que no soy la única con estos miedos. Sin embargo, esta excusa no me vale, por que si nos limitamos a ir por el camino cómodo SIEMPRE y evitamos lo que nos da miedo... ¿No es un poco aburrida la vida? 


Atreverse, intentarlo, practicar y abrirse. ¡Son verbos que se me hacen apetecibles!

Y tú... 
 ¿Hablas con desconocidos a menudo? ¿Dónde?
¿Cómo empiezas una conversación? ¿Te cuesta?
¿Qué otros miedos irracionales tienes? 


¡Me muero de ganas por saberlooo!

¡Besos a todos y feliz agosto!
(Parece mentira que ya estemos casi en agosto) 

Idoia :)

20 de junio de 2013

¡Los grandes cambios asustan! En mi primer año universitario...


Mis pocos pero queridos lectores, hoy me ha entrado curiosidad por saber… 

¿Qué edad tenéis? ¿Habéis ido a la universidad? ¿Sí? ¿Todavía no? 
O es que quizás... ¿Esta no ha entra ni entrará en vuestros planes de vida?

Bien, sea como sea, hoy no vengo a soltaros la chapa contaros solamente cosas sobre mi experiencia en el primer curso de  universidad, sino que sobretodo quiero hablar de los fuertes cambios que experimentamos a lo largo de nuestra vida, aquellos que toooodos hemos pasado alguna vez. Y a la vez, remarcar lo muucho que aprendemos de ellos. ( o al menos, lo que deberíamos aprender.)
De la primaria a la ESO, de un trabajo a otro, de vivir con los papas a vivir solos.¿Os suenan de algo? Son cambios que normalmente asustan mucho de entrada. Taaantas dudas y miedos, ¿verdad? Pero también esperanzas de que el cambio sea para mejor. Esos miedos  acostumbran a desvanecerse una vez se ha hecho la transición. Y a demás, a partir de estos cambios repentinos crecemos como personas y desarrollamos armas para afrontarnos mejor a nuevas situaciones. Imaginaros sin ellos, lo aburrido que sería todo.

Cada uno lo afronta los cambios a su manera. Yo soy de esas personas que esto del cambio me causa mucha ansiedad, pero que a la vez tengo muchas ganas de que ocurra. Creo que des de fuera se me ve como una gran amante de la estabilidad y de la planificación, pero la verdad es que me atraen bastante los cambios y las situaciones no planeadas. Y pues, así de contradictoria me encontraba el año pasado ya cuando terminaba el bachiller. Os sitúo. 


Siempre había ido al mismo colegio, des de los 3 años hasta los 17. Flipad, ¡Cuanto tiempo allí metida! Eso significa que había presenciado solamente un ambiente: el de un colegio concertado-privado de centro de ciudad. Y todo lo demás, me quedaba absolutamente desconocido

La verdad es que tenía una ganas ENORMES de cambiar de aires, por mucho aprecio que les tuviera a mis compañeros y profesores. Básicamente, necesitaba refrescarme y empezar de nuevo en otro lugar para sentirme mejor. Como nos pasa a todos cada cierto tiempo. 

Sin embargo, también tenía una preocupación encima de dos pares. A parte de la dificilísima decisión de la carrera, me preguntaba cómo iba a a ser mi vida universitaria. ¿Me adaptaría? ¿Sería un caos? ¿Haría amigos? Las típicas preguntas a las que tendía a dar respuestas negativas, "por si acaso" y  "para no hacerme expectativas". Algo que pensaba constantemente era...

"Tengo 17 años y soy una adolescente más que perdida... ¿Cómo voy a decidir lo que quiero hacer durante el resto de mi vida? ¿CÓMO?" - todavía me lo pregunto. Básicamente, no he encontrado lo que me apasiona.

Y al finaal...

¡Todo salió perfecto! Finalmente me decanté por la desprestigiada desconocida carrera de Humanidades ( véase aquí la influencia que tubo mi amiga Irene, a quién podéis visitar en The Soul Shows ) Y no puedo estar más contenta con lo que he vivido este curso, me ha pasado  realmente rápido, y he aprendido mucho en las asignaturas que más me he aplicado: Antropología y literatura comparada entre otras. 

Tampoco voy a mentir. Este año para mí no me he dejado los codos como el pasado. Necesitaba un respiro a la vez que calmar a mi ego inconformista. Pero no siempre es así en la universidad. Algunos de mis amigos han estado saturados de faena del primer al último día, aunque también admiten que el cambio les ha favorecido. 

A parte de lo académico, he podido aprender otras muchas cosas de la vida universitaria y sobretodo, de las personas con las que me he rodeado. Pero eso, amigos, ya es otro post - ¡El siguiente! -, que sino este quedaba más largo que La Bíblia y me mataríais! ;)



NO OS OLVIDÉIS DE SEGUIRME EN BLOGLOVIN' , ¡QUE EL GOOGLE READER CIERRA PUERTAS DENTRO DE NADA!

Mi amiga Laia y yo.. ¡Lo mejor que me ha ocurrido en la universidad!

Y VOSOTROS... ¿CÓMO AFRONTÁIS LOS CAMBIOS? ¿QUÉ HABÉIS APRENDIDO DURANTE EL CURSO? ¿QUÉ PENSÁIS SOBRE LA UNIVERSIDAD?